Cosas veredes

Luis de la Barreda Solórzano

Las Chivas

Fue la superación de lo que parecía imposible. El Guadalajara estaba increíblemente ubicado en penúltimo lugar de la porcentual. El fantasma del descenso acechaba.

            Los demás equipos fueron favorecidos con una insólita reforma estatutaria que les permitió alinear hasta diez extranjeros por partido. Las Chivas no podían hacerlo: la razón de la magia inagotable del Rebaño Sagrado está por sobre todas las cosas —más aun que en la evocación de la epopeya de hace más de medio siglo cuando ganó cuatro campeonatos consecutivamente y seis de siete— en que en sus más de 100 años de historia ha jugado exclusivamente con jugadores mexicanos. Esa tradición entrañable no se puede traicionar. Sigue leyendo→

Pisotear gusanos

No he militado jamás en algún partido político ni me entusiasma ninguno de los partidos mexicanos. Obsesionados por alcanzar o mantener el poder, no parece importarles, más que en el discurso, la suerte del país, sus problemas más ingentes. Todos están dispuestos a vender su alma al diablo, ya no digamos por la Presidencia o una gubernatura, sino aun por una triste alcaldía.

            No, ninguno de los partidos políticos del país me encandila, pero hay uno que me aterra. Sus líderes admiran a uno de los gobiernos más represivos, corruptos, sectarios y crueles que ha padecido América Latina (¡y vaya que los países latinoamericanos han sufrido gobiernos represivos, corruptos, sectarios y crueles!). Sigue leyendo→

Un hombre que dice no

“Todo gesto de coraje —dice Albert Camus— es el gesto de rebeldía de un hombre que dice no”. Coraje es una palabra que proviene del vocablo latino corazón, y significa precisamente —puntualiza Fernando Savater— “tener un corazón grande y fuerte”.

            En la templada noche veraniega, después de haber estado patinando junto al Tate Modern, Ignacio Echeverría y sus amigos Guillermo y Javier pedaleaban sus bicicletas buscando un lugar donde cenar. La escena que vieron los hizo frenar intempestivamente: un hombre estaba golpeando con ferocidad a un policía desarmado. El casco del agente había caído sobre su cara mientras recibía los puñetazos. Pero en realidad eran puñaladas. Sigue leyendo→

Jauría

Dejaron sus hogares, sus ocupaciones, la telenovela cotidiana. Acudieron al llamado de las redes sociales. Había que darle un escarmiento al ruso que en esas mismas redes hacía mofa y escarnio de los mexicanos —en especial de los nativos de Cancún, donde vivía— y manifestaba su afición por la violencia y su aberrante ideología nazi.

            Algunos llevaron a sus niños y en el sitio de la concentración, frente a la casa del ruso, los cargaron en brazos para que pudieran presenciar lo que iba a ocurrir. Asistieron mujeres y hombres de diferentes edades, muchas decenas, quizá un centenar o aún más. Sigue leyendo→

De pena y náusea

Lo novedoso era que se sometía a los cautivos a un juicio en el que los plagiarios eran a la vez, inquisitorialmente, acusadores y jueces. Se acusaba al plagiado de su riqueza, se le preguntaba a cuánto ascendía, cómo la había logrado. Ser rico era el crimen. Diego Fernández de Cevallos, Mónica Jurado (exnuera de Marta Sahagún) y Eduardo García Valseca fueron algunas de las víctimas. Los secuestradores formaban una pareja con intensa vida social: convivían con empresarios, pintores, aficionados al futbol, padres de familia y sanadores del alma.

            Algunos de quienes los trataron los describen como seres espirituales, seguidores de las enseñanzas y las terapias de sanación y paz interna. A sus víctimas les daban a leer El hombre en busca de sentido, el conmovedor libro de Viktor Emil Frankl, escrito a partir de su experiencia en campos de concentración nazis. En 2014 ella pasó un mes realizando labores humanitarias en África. Sigue leyendo→