El Protocolo parte de dos derechos transversales, el derecho al libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la igualdad y a la no discriminación.
Es un documento más, el sexto de la serie —”Protocolos de actuación para quienes imparten justicia”—, que se suma al esfuerzo de promover el acceso a la justicia de las personas en situación de mayor vulnerabilidad.
Este Protocolo, elaborado por la Suprema Corte con la colaboración de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, es un documento de apoyo que busca promover el acceso a la justicia de las personas lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersex (LGTBI) y generar precedentes judiciales que protejan sus derechos humanos en torno a casos que involucren la orientación sexual o identidad de género.