¿Nestora Salgado cometió conductas reprobables como comandante de la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero, o ha sido una luchadora social a quien injustamente se detuvo y se encarceló durante casi tres años? La única respuesta honesta será la que se desprenda de las evidencias disponibles, no la que esté motivada por la simpatía o la desafección a Andrés Manuel López Obrador, quien apoya su candidatura al Senado de la República: la búsqueda de la verdad, no las versiones acomodadas a posturas partidaristas.
Está plenamente demostrado que dicha policía, bajo las órdenes de su comandante, llevaba a cabo detenciones sin orden judicial, y para liberar a los detenidos exigía dinero a sus familiares; que los detenidos se vieron obligados a realizar trabajos a favor de la comunidad, y que varios de ellos tenían que realizar sus necesidades fisiológicas en botellas de plástico, fueron golpeados con las culatas de armas de fuego o con machetes, se les hacinaba en espacios reducidos y oscuros, se les incomunicaba e incluso se les hizo objeto de agresiones sexuales. Entre las víctimas de estas últimas hay mujeres de 11, 13 y 17 años de edad. Sigue leyendo