Comisión Económica para América Latina
y el Caribe

Suprema Corte de Justicia de la Nación

Organización de Estados Americanos

Corte Interamericana de Derechos Humanos

Tribunal Europeo de Derechos Humanos

Amnistía Internacional

Human Rights Watch

Comisión Nacional de los Derechos Humanos

La experiencia de México
en la elaboración e implementación
de indicadores de derechos humanos

Para avanzar en la agenda común que suponen los cuatro pilares de la OEA: democracia, derechos humanos, seguridad y desarrollo, una de las herramientas más útiles es la elaboración e implementación de indicadores de derechos humanos. En este sentido, México se ha posicionado como un país pionero a nivel mundial en la elaboración de dichos indicadores, en estrecha colaboración con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los cuales también son una base para el seguimiento de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sigue leyendo

Se concede amparo a madre de menor
para que se le repare el daño
causado por negligencia escolar
e incumplimiento del servicio educativo

Comunicado 118/2017
Ciudad de México, a 14 de junio de 2017

En sesión de 14 de junio de 2017, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió el amparo directo 5/2016, a propuesta de la Ministra Norma Lucía Piña Hernández, relacionado con el cumplimiento de la prestación de servicio educativo y observancia de deberes de cuidado por parte de un centro escolar. Sigue leyendo

Son inconstitucionales los artículos 342
y 343 del Código Civil de Guanajuato
porque en relación con  el derecho
a alimentos vulneran en perjuicio
de los hombres el principio de igualdad
y no discriminación

Comunicado  119/2017
Ciudad de México, a 14 de junio de 2017

A propuesta de la Ministra Norma Lucía Piña Hernández, en sesión de 14 de junio de 2017, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al resolver, el amparo directo en revisión 1439/2016, declaró inconstitucionales los artículos 342 y 343 del Código Civil para el Estado de Guanajuato. Sigue leyendo

Orfeo y las sirenas1

Apolodoro de Atenas[2]

Cuando los Argonautas pasaron en su nave por el sitio fatal, las sirenas cantaron para atraerles; pero Orfeo cantó con más dulzura y las eclipsó con los acentos de su lira. Y, como según tenía dispuesto el destino, la vida de las sirenas debía cesar en el momento que alguien escuchara sus cantos sin sentir el hechizo que estos producían, se precipitaron al mar y quedaron convertidas en rocas. Ω

[1] Tomado de: http://ciudadseva.com/texto/orfeo-y-las-sirenas/
[2] (180 aC.-después de 120 aC.)

Humor

En Sombrerete, Zacatecas se padece una sequía que ya dura 17 años. La tierra está seca y agrietada; las vacas, flacas… Los pobladores se ponen de acuerdo y deciden ir a Fresnillo a pedir la imagen del Niño de Atocha, el niño santo que tiene fama de milagroso, para llevarlo a Sombrerete, pasearlo y hacerle una fiesta, a ver si les concede la bendición de la lluvia.

            Llegan a Fresnillo y se dirigen al Santuario de Plateros, que alberga a la imagen milagrosa. Buscan al párroco, a quien explican el problema. El padre accede a prestarles al santo a condición de que se comprometan a cuidarlo, y a devolverlo una vez cumplido el milagro, y de que paguen una módica suma. A todo acceden los sombreretenses y, muy contentos, se llevan al santo en una bella vitrina .

            Ya en Sombrerete, llaman a todo el pueblo y de inmediato llevan a cabo la procesión y, al día siguiente, la fiesta: misa, tambora, comida y bebida, fuegos artificiales y baile…

            A la mañana siguiente comienza una tormenta terrible que dura todo el día y que inunda el pueblo, rompe las presas, desgaja los cerros, ahoga a los animales flacos y arrasa a las plantas resecas.

            Los pobladores dialogan y deciden devolver inmediatamente al Niño de Atocha a su santuario. Lo cargan y se dirigen a Fresnillo. Ya en el templo buscan al padre y le devuelven la imagen.

            El párroco les pregunta: —¿Tan pronto…?

            —Sí…— le responden tímidamente los sombreretenses. Y agregan: —¿Ora nos presta a la Virgen…?

            —¿Y para qué…?

            —¡Ay, padrecito!, pa’ que vaya a ver lo que hizo su hijo.

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Destellos

Uno no puede ponerse del lado de quienes hacen la historia sino de quienes la padecen.

Albert Camus

No permitas jamás que alguien llegue a ti sin dejarle ir mejor y más feliz.

Santa Teresa de Calcuta

Para no crearle conflicto a Dios, si un bateador se santigua, el pítcher debe encomendarse al diablo.

Sparky Anderson

Lucharé hasta el fin… y si fracaso, no sufriré el remordimiento de no haberlo intentado.

Luis Spota

Sí, hace mal tiempo, pero es mejor que haga mal tiempo a que no haga ninguno.

Aleksandr Herzen

La persona que tiene mucha alegría es necesariamente buena: pero tal no sea la más lista, aunque consigue precisamente aquello que la más lista trata de conseguir con toda su listeza.

Friedrich Nietzsche

El trabajador realmente eficiente se da cuenta de que no tiene que colmar su día de trabajo, sino más bien acometer sus labores diarias con un aura de tranquilidad y placer. De esta manera, tiene un amplio margen para relajarse durante el día. Del tiempo, guarda con celo el grano y procura no exagerar el valor de la cáscara. ¿O es que una gallina se sienta a poner el día entero? Puede poner solamente un huevo y, paralelamente, no colecta lo necesario para poner otro. Quien trabaja mucho no trabaja arduamente.

Henry David Thoreau

Curiosidades asociadas al número 531, 2

53 Decimosexto número primo.
53 Países del continente africano (Angola-Zimbabwe).
53 Días que tardó Stendhal en escribir la novela La Cartuja de Parma.
53 Homicidios dolosos que se cometieron en Durango de enero a marzo del presente año.
53 Años (1964-2017) que duró el conflicto armado en Colombia entre el gobierno y las FARC.
53 Porcentaje de niños mexicanos que vive en pobreza (21.2 millones).
53 Número atómico del yodo (I).
53 Porcentaje de personas registradas en el padrón electoral que votaron en las pasadas elecciones para gobernador en el Estado de México.
53 Año (antes de Cristo) en que las tropas galas de Vercingétorix derrotaron a las legiones de Julio César en el Sitio de Gergovia.
53 Años de edad y millones de dólares de indemnización que posee la modelo australiana Elle Mcpherson después de que se ha divorciado del magnate con el que contrajo matrimonio en 2013.
[1] A este ejemplar de “Perseo” le corresponde el número 53.
[2] Tomadas (con adaptaciones y adiciones) de El libro de los números. GÓMEZ Gallegos, Ignacio y TROYSE Miramontes, Benjamín. Otras Inquisiciones. México. 2010, p. 130.

 

Insólito

En algún sitio,
algo increíble
espera ser descubierto.
Carl Sagan

Mujeres indígenas que tejen vida

Pertenecen a la tribu aimara y viven desde tiempos ancestrales en las montañas de los Andes. Gracias a sus destrezas manuales, empresas dedicadas a la fabricación de equipo médico las emplean para elaborar un dispositivo no invasivo que fija las aberturas anormales en el corazón. El dispositivo, inventado por Franz Freudenthal, cura hasta el 60% de los defectos cardiacos sin necesidad de abrir el tórax. Para perfeccionar su técnicas, estas mujeres aimaras se capacitan hasta por 4 meses.

https://www.youtube.com/watch?v=W_KhTAgPbP4

 

El derecho a ser feliz

Maryanne y Tommy Pilling se conocieron hace 22 años en un centro de ayuda para personas con dificultades especiales. Al tiempo, él le propuso matrimonio a ella con un anillo de juguete. Al saberse en su comunidad de las intenciones de la pareja, Maryanne y Tommy sufrieron duras críticas. ¿Por qué? Ambos tienen síndrome de Down.

            Sin embargo, pese a las críticas, se casaron. Ya tienen 22 años juntos dando ejemplo de amor y de lucha.

novios

down
Fuente:
http://peopleenespanol.com/noticias/pareja-con-sindrome-down-vive-su-amor-22-anos-matrimonio/
(27/06/2017)

 

Ryan Hreljac, el niño que construyó pozos de agua en África

Ryan nació en Ottawa, Canadá. Él solía ser un niño tímido y con problemas de tartamudez.  A los 6 años, su profesora de escuela le contó a él y a sus compañeros que en África había mucho ausentismo escolar por falta de agua. Eso lo motivó a reunir fondos para construir un pozo de agua en África, el cual tenía un costo aproximado de 2,000 dólares. Después de dos años de podar pasto a los vecinos, vender limonada e involucrar a su comunidad, Ryan juntó el dinero y a través de una ONG, envió el dinero para la construcción de un pozo de agua en Uganda. Tras saber de su logro, la comunidad decidió apoyar a Ryan para que fuera in situ a verificar el resultado de su esfuerzo. Al llegar a Uganda, cientos de personas esperaban al niño para agradecerle el pozo. Tras años de esfuerzo y dedicación, Ryan tiene una fundación que ha logrado construir más de 878 pozos de agua en diferentes países de África.

Fuente:
http://www.europapress.es/sociedad/noticia-ryan-hreljac-nino-anos-construyo-pozos-agua-africa-20141214104311.html
(27/06/2017)

 

Después de 52 años, devuelve a la biblioteca un libro prestado

Inesperadamente, un desconocido devolvió un libro que fue prestado hace 52 años de la biblioteca Noah Webster en West Hartford, Connecticut. El usuario desconocido, dejó sobre el libro “Who has seen the wind” del autor W.O. Mitchel, una nota que decía:

“Devuelvo este libro a ustedes después de muchos años. Disculpen si fue mucho tiempo”.

book
Fuente:
http://www.excelsior.com.mx/global/2017/06/07/1168321#.WTiIbSHsIJg.facebook
(27/06/2017)

Las Chivas

Fue la superación de lo que parecía imposible. El Guadalajara estaba increíblemente ubicado en penúltimo lugar de la porcentual. El fantasma del descenso acechaba.

            Los demás equipos fueron favorecidos con una insólita reforma estatutaria que les permitió alinear hasta diez extranjeros por partido. Las Chivas no podían hacerlo: la razón de la magia inagotable del Rebaño Sagrado está por sobre todas las cosas —más aun que en la evocación de la epopeya de hace más de medio siglo cuando ganó cuatro campeonatos consecutivamente y seis de siete— en que en sus más de 100 años de historia ha jugado exclusivamente con jugadores mexicanos. Esa tradición entrañable no se puede traicionar.

            Así, un cuadro formado sólo con nacionales, que sentía ya muy cerca las llamas del infierno, enfrentaba, sigue enfrentando, el desafío de competir con escuadras formadas casi por completo por estrellas de otros países: una desventaja descomunal. Y jugaba mal. Llegaban uno tras otro diversos directores técnicos y todos fracasaban. Ver los juegos del Guadalajara era un tormento para sus seguidores.

            Entonces arribó Matías Almeyda, exjugador argentino muy destacado y querido. Dijo que no se trataba únicamente de salvar al Rebaño del descenso, sino de revivir su grandeza. Almeyda sabía lo que era escapar del hades: venció al alcoholismo al que lo había arrastrado la nostalgia por los estadios tras retirarse de las canchas, y condujo como director técnico al River Plate —su antiguo equipo, que había bajado a la segunda división— de regreso a la división mayor.

            No se sabe cómo lo consiguió, pero, no obstante el peso abrumador de las circunstancias, Almeyda devolvió a las Chivas la moral alta, la esperanza en sus propias posibilidades. Les mostró que eran capaces de la abolición de lo irremediable, les insufló la vocación de triunfo, les hizo recordar el pasado glorioso del Guadalajara legendario.

            El Rebaño empezó a ganar, clasificó a las liguillas, ganó dos torneos de copa, pero faltaba el máximo trofeo, el de liga, que no conquistaba desde hacía 11 años. A pesar de que en este último campeonato la mala fortuna se ensañó con las Chivas, pues por lesiones nunca pudieron contar con todos sus jugadores, de nuevo obtuvieron boleto a la fiesta grande, a la que llegaron con medio equipo malherido y lejos de su mejor nivel: en sus más recientes partidos se les habían negado la victoria e incluso el gol.

            En la liguilla, el Guadalajara eliminó al Atlas y al Toluca, y así llegó a la final ante el campeón, los poderosos Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, a los que todo el mundo hacía favoritos porque las cifras eran elocuentes: en los últimos nueve juegos habían anotado 25 goles en tanto que las Chivas sólo cinco; los Tigres ganaron todos esos partidos mientras que el Rebaño había olvidado desde hacía varias jornadas lo que era el triunfo.

            Pero el Guadalajara jugó los dos partidos de la final con talento, temple y, sobre todo, coraje, virtud que en ocasiones memorables posibilita lo que a priori parecía inalcanzable. Las Chivas ponían toda el alma en cada jugada. Estaban encendidas por un fuego interior que las impulsaba a afrontar las peripecias del juego con el fulgor imbatible de la determinación. Fueron muy superiores a su rival, aunque el triunfo estuvo impregnado de dramática incertidumbre: pendió de un hilo hasta el último segundo. Eso lo hizo más gozoso.

            El duodécimo campeonato del Rebaño, tras la insoportablemente larga sequía, no es sólo, ni principalmente, una victoria deportiva: es, sobre todo, una proeza espiritual, la consecución de lo improbable, la reafirmación del mito en que el Guadalajara se convirtió desde hace más de medio siglo, reafirmación especialmente significativa en estos tiempos en los que está de moda la obsesión por desmitificar, estúpido afán de rebajamiento de lo más maravilloso de nuestros sueños, los que nos impulsan a desplegar lo más inaudito de nuestras potencialidades. Los partidarios más viejos de las Chivas temíamos que ya no tendríamos el júbilo de otro campeonato. El domingo nos reconciliamos con los dioses.

Pisotear gusanos

No he militado jamás en algún partido político ni me entusiasma ninguno de los partidos mexicanos. Obsesionados por alcanzar o mantener el poder, no parece importarles, más que en el discurso, la suerte del país, sus problemas más ingentes. Todos están dispuestos a vender su alma al diablo, ya no digamos por la Presidencia o una gubernatura, sino aun por una triste alcaldía.

            No, ninguno de los partidos políticos del país me encandila, pero hay uno que me aterra. Sus líderes admiran a uno de los gobiernos más represivos, corruptos, sectarios y crueles que ha padecido América Latina (¡y vaya que los países latinoamericanos han sufrido gobiernos represivos, corruptos, sectarios y crueles!).

            Me resulta muy difícil comprender —por no decir que me resulta incomprensible— que ciertos regímenes y ciertos dirigentes políticos tengan admiradores entre gente que se dice progresista. Pero los han tenido a lo largo de la historia.

            Muy joven, aún sin haberme graduado de la licenciatura, fui profesor en el plantel Vallejo del entonces flamante Colegio de Ciencias y Humanidades. Había profesores que admiraban a Mao y a Stalin, ya no digamos a Fidel Castro, no obstante el sufrimiento que cada uno de ellos había causado a sus gobernados.

            Mao y Stalin son responsables de millones de muertes, por ejecuciones o por hambre, y de la devastación de millones más de vidas por encarcelamientos o marginaciones sociales, cuyo único motivo fue la disidencia. No obstante, la más guapa de las profesoras del Departamento de Derecho de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana, donde fui docente más tarde, me insistía en que asistiera a las lecciones dominicales (¡como ir a misa!) que impartía su pareja sobre maoísmo: ¡el catecismo de El libro rojo! Hoy mismo Maduro cuenta con admiradores entre los académicos de la UNAM. Incomprensible, pero cierto.

            Pero volvamos al partido mexicano que idolatra al régimen chavista. “Y no es nuevo el inmoral amorío de Morena —su dueño, gerentes y candidatos— con la dictadura de Maduro; no es novedad que esa izquierda guarde silencio cómplice frente a la represión y los crímenes de Maduro”, escribió Ricardo Alemán (Milenio, 4 de junio). El silencio no es sólo de Morena, sino de toda la izquierda partidaria mexicana, fiel a sus dogmas y sus prejuicios antediluvianos, inconmovibles a pesar de la caída del muro de Berlín.

            Pero la actitud de Morena no ha sido únicamente el mutismo. La embajada de Venezuela en México publicó una foto de la embajadora María Lourdes Urbaneja con la bandera de esa agrupación al fondo y un texto: “Celebramos el acompañamiento del partido Morena, su solidaridad y apoyo irrestricto a la Revolución Bolivariana”.

            Solidaridad y apoyo ilimitado (eso quiere decir irrestricto) a un régimen que ha sumido en la ruina a uno de los países más ricos del continente, en el que hay carencia de alimentos y medicinas, y que padece la más alta inflación del mundo, decenas de presos de conciencia, bandas paramilitares que asesinan impunemente a manifestantes, avasallamiento del poder judicial y servilismo del defensor del pueblo. Un régimen que, además, como todas las dictaduras, considera a los opositores no como adversarios políticos sino como traidores a la patria.

            El seguro candidato de Morena a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador —con posibilidad de ganar la elección—, considera que todo el que no lo apoye está con la mafia en el poder. En referencia a los dirigentes del PRD que no aceptaron abandonar su campaña en el Estado de México para apoyar a la candidata de Morena, amenazó: “Quien quiera ser libre como águila, que vuele alto; quien quiera arrastrarse como gusano, nomás que cuando lo pisen no chille”.

            Sergio Sarmiento comprendió lo ominoso de la declaración: “Insultar y despreciar a quienes no piensan como él, incluso a quienes han sido sus compañeros durante años, no augura nada bueno para un gobierno de López Obrador” (Reforma, 25 de mayo). No, nada bueno augura un potencial gobernante que admira al chavismo y ve a quienes no son sus incondicionales, tal como han visto a sus opositores Chávez y Maduro, como gusanos a los que hay que pisotear.

Un hombre que dice no

“Todo gesto de coraje —dice Albert Camus— es el gesto de rebeldía de un hombre que dice no”. Coraje es una palabra que proviene del vocablo latino corazón, y significa precisamente —puntualiza Fernando Savater— “tener un corazón grande y fuerte”.

            En la templada noche veraniega, después de haber estado patinando junto al Tate Modern, Ignacio Echeverría y sus amigos Guillermo y Javier pedaleaban sus bicicletas buscando un lugar donde cenar. La escena que vieron los hizo frenar intempestivamente: un hombre estaba golpeando con ferocidad a un policía desarmado. El casco del agente había caído sobre su cara mientras recibía los puñetazos. Pero en realidad eran puñaladas.

            Cuando el policía quedó inmóvil el agresor se lanzó contra una mujer. Era evidente que se trataba de un tipo peligroso si había dejado fuera de combate al agente. No obstante, al ver a la mujer agredida, Ignacio intervino: bajó de la bicicleta y golpeó con su patineta al atacante. Su coraje —su corazón grande y fuerte— no se arredró ante el riesgo.

            Varios viandantes se pusieron a salvo en esos momentos. Segundos después otro de los yihadistas apuñaló por la espalda a Ignacio, quien no sabía que el atacante al que enfrentaba era parte de un trío de terroristas.

            Sus dos amigos quizás estuvieron tentados a defenderlo. Cada uno traía consigo una patineta. Pero se percataron de que los terroristas estaban armados con cuchillos y optaron por escapar corriendo. Era la reacción natural conminada por el instinto de conservación. Cualquiera que se quedara en ese sitio era una víctima potencial.

            Seguramente al alejarse sintieron alivio, pero es probable que también, además de alivio, hayan sentido vergüenza. No sé qué pasó por su cabeza. Tal vez una parte de su corazón hubiera deseado no huir, seguir el ejemplo del amigo. Pero la fría razón les consolaba: habían obrado con prudencia, no se puede encarar con una patineta a asesinos provistos de armas punzocortantes.

            No cualquiera puede ser héroe. El héroe actúa con un valor que sobrepasa toda expectativa. Es un personaje que parece irreal y nos hipnotiza, como el príncipe de los cuentos de hadas que por rescatar a su amada enfrenta sólo con su espada al dragón que escupiendo fuego impide llegar a ella.

            Imagino la escena con inevitable escalofrío: Ignacio baja de la bicicleta para defender a una mujer. A una mujer que no es su mujer, ni su madre, ni su hija, ni su hermana, ni su maestra más admirada, ni su amiga más querida. A una mujer que no conoce, pero de quien sabe que está en grave peligro.

            No hay tiempo, previamente a esa conducta, de deliberación ni de cálculo de las posibilidades de éxito en la defensa. La demás gente huye del lugar para ponerse a salvo. Ignacio enfrenta al agresor armado sólo con su patineta y su corazón grande y fuerte.

            Tiene 39 años, un empleo envidiable; vive en Londres, una ciudad fascinante; habla cuatro idiomas, es tímido y reservado, pero alegre; es sensible, generoso y sonriente, disfruta la vida, quiere seguir disfrutándola, por supuesto. Esa noche se había relajado patinando y se disponía a disfrutar de una buena cena. La vida le sonreía.

            Al ver que la mujer está en un terrible apuro, su buena índole le hace reaccionar defendiéndola. Repito: no tuvo tiempo de someter su resolución a deliberación o cálculo previos. Reaccionó impulsado por el coraje, es decir —de nuevo Camus— por el gesto de rebeldía de un hombre que dice no.

            El gesto de Ignacio es como el gesto de Teseo desafiando al Minotauro o el de Perseo retando a las gorgonas. Es un gesto trágico, inaudito. Es el gesto de un héroe.

            Es muy probable que al plantarse frente al terrorista estuviera muerto de miedo —como sus dos amigos, como toda la gente que corrió para ponerse a salvo—, pero también estaba más vivo que nunca, respondiendo a lo que el corazón le dictaba.

            Si yo hubiera estado allí, me habría gustado actuar como Ignacio, pero sin haber muerto: quedar vivo para recordar ese episodio como una alucinación y, sobre todo, porque vivir me parece maravilloso. Sí, me habría encantado actuar como Ignacio, pero no puedo asegurar que me hubiera atrevido. En un instante así actuamos como el corazón nos lo susurra al oído

Jauría

Dejaron sus hogares, sus ocupaciones, la telenovela cotidiana. Acudieron al llamado de las redes sociales. Había que darle un escarmiento al ruso que en esas mismas redes hacía mofa y escarnio de los mexicanos —en especial de los nativos de Cancún, donde vivía— y manifestaba su afición por la violencia y su aberrante ideología nazi.

            Algunos llevaron a sus niños y en el sitio de la concentración, frente a la casa del ruso, los cargaron en brazos para que pudieran presenciar lo que iba a ocurrir. Asistieron mujeres y hombres de diferentes edades, muchas decenas, quizá un centenar o aún más.

            Una versión señala que una patrulla que se encontraba en el lugar se retiró cuando empezó a congregarse la gente, con lo cual la misión a la que se convocaba podía cumplirse con toda tranquilidad, sin estorbo alguno, sin obstáculos.

            A gritos se invitaba a los reunidos a romperle la madre al ruso, a degollarlo, a no dejarlo escapar. El infeliz se había atrevido a expresarse reiteradamente con desprecio de los habitantes de la ciudad y del país. Ese agravio no podía quedar sin venganza.

            Como el público de un partido de futbol en el que estuviera jugando la Selección Mexicana, la multitud coreaba: “¡México, México, México!”, para dejar en claro que actuaba en defensa del honor de la patria, en defensa del respeto que merecen los mexicanos.

            “¡Traigan gasolina! ¡Vamos a quemar la casa!”, se escucha la arenga salir de la turba. “¡Cuidado! ¡Tiene armas!”, se oye una voz de alerta. Se repiten las voces de que no hay que permitir que escape el pinche ruso hijo de su puta madre. En los rostros de los congregados no se observa angustia ante lo que pueda suceder. No se escucha un solo grito que llame a la prudencia, que invite a retirarse o a dirigirse a alguna autoridad.

            La imagen parece congelada. La gente frente a la casa no tiene prisa. Nadie quiere dejar de ser partícipe, o al menos testigo, de lo que va a pasar. Es un momento dramático y, sobre todo, extraño como una pesadilla: ¿unos insultos fueron suficientes para detonar lo que ahora está ocurriendo, una masa de habitantes, mexicanos al grito de guerra, que están allí sin que ningún clic de conciencia parezca capaz de disuadirlos?

            Los asaltantes han abierto a palos y machetazos un boquete por el que se puede ingresar a la casa. Un grupo entra por el ruso. Éste los recibe blandiendo un cuchillo con el que lesiona letalmente a uno de los invasores.

            Los ánimos se encienden aún más. “¡La verga! ¡Ya te cargó la verga, hijo de tu puta madre! ¡Vamos a decapitarlo! ¡A quemarlo!” son los gritos bélicos que inducen al asalto final. Se ondean banderas de México.

            El ruso intenta escapar por el tejado de una casa vecina. Recibe una lluvia de pedradas que lo hace caer. Está malherido. La turba parece excitarse con ese éxito parcial. Quizá, alguno pensó en ese momento que las armas nacionales —en este caso, palos y machetes— estaban a punto de volver a cubrirse de gloria.

            El ruso es apaleado. Recibe palos en la cabeza, en los brazos, en la espalda. Está bañado en sangre. Varios teléfonos móviles están grabando lo que sucede. Los gritos de vuelven aullidos: “¡Mátenlo, mátenlo! ¡Láncenlo al suelo!” El episodio dura una eternidad.

            El ruso ha resistido tantos golpes que hace recordar la resistencia de Rasputín. Pero, finalmente, ha quedado tirado en un charco de sangre. Hasta entonces llega —¿vuelve?— la policía, que evita que Aleksei Viktorovich Makeev sea rematado hasta la muerte.

            Makeev había estado internado en su país en un hospital siquiátrico. Ahora, se encuentra preso en Chetumal, no obstante, que parece claro que las cuchilladas que asestó a uno de los atacantes fueron inferidas en legítima defensa.

            Todo linchamiento es un acto de barbarie. Se puede comprender —lo que es distinto a justificar— los que se ejecutan, por ejemplo, contra el asesino despiadado, el violador de una niña, el secuestrador que mutila a sus víctimas. Nada similar precedió este. Los justicieros decidieron que ese hombre no merecía habitar la tierra. Por castigar a un orate de quien no se sabe que haya matado, violado, secuestrado o mutilado a nadie, se hicieron criminales de la peor calaña. Eso sí, con espíritu nacionalista.

De pena y de náusea

Lo novedoso era que se sometía a los cautivos a un juicio en el que los plagiarios eran a la vez, inquisitorialmente, acusadores y jueces. Se acusaba al plagiado de su riqueza, se le preguntaba a cuánto ascendía, cómo la había logrado. Ser rico era el crimen. Diego Fernández de Cevallos, Mónica Jurado (exnuera de Marta Sahagún) y Eduardo García Valseca fueron algunas de las víctimas. Los secuestradores formaban una pareja con intensa vida social: convivían con empresarios, pintores, aficionados al futbol, padres de familia y sanadores del alma.

            Algunos de quienes los trataron los describen como seres espirituales, seguidores de las enseñanzas y las terapias de sanación y paz interna. A sus víctimas les daban a leer El hombre en busca de sentido, el conmovedor libro de Viktor Emil Frankl, escrito a partir de su experiencia en campos de concentración nazis. En 2014 ella pasó un mes realizando labores humanitarias en África.

            El pasado 30 de mayo, un hombre pidió a un taxista que llevara un paquete a un restaurante situado a unos 20 minutos de la zona urbana. A pesar de la corta distancia, le pagó 500 pesos. Al taxista le pareció extraño el monto y notó con inquietud que lo seguía una camioneta. Telefoneó a emergencias, de donde se le pidió que se encontrara con la policía municipal en la gasolinería de la calzada La Estación. Al ver a la policía, el conductor de la camioneta quiso huir, pero se le dio alcance. Mientras tanto, en la gasolinería se destapaba el paquete: había un dedo, cartas en inglés y francés y una fotografía, todo dirigido al esposo de una mujer franco-estadunidense secuestrada un mes antes.

            El conductor de la camioneta ya se encuentra preso en Guanajuato. Es uno de tales seres espirituales. Residía en San Miguel de Allende con un nombre falso. El verdadero es Raúl Escobar Poblete, El Comandante Emilio, exguerrillero chileno, integrante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, prófugo de la justicia  por asesinar en 1991 a un senador. Su mujer, la también chilena Marcela Mardones, igualmente perseguida por ese asesinato, regresó a su país al enterarse de la detención de Escobar y allí se le detuvo.

            El Frente Patriótico Manuel Rodríguez se solidarizó con los detenidos y advirtió que la derecha chilena aprovecharía las detenciones para opacar los escándalos de corrupción y la pérdida de toda ética política. ¿Qué tal? La pareja detenida juzgaba a los secuestrados por su riqueza, pero se apropiaba de una parte de ésta; les preguntaba cómo la habían obtenido, pero obtenía la propia con uno de los crímenes más repugnantes. Por lo visto, al Frente Patriótico Manuel Rodríguez los secuestros realizados exclusivamente para enriquecerse no le parecen contrarios a la ética.

            La izquierda partidocrática mexicana también está lejos de ser admirable. Para apoyar o soslayar los peores atropellos, las brutalidades criminales de un gobierno —incluso de las más atroces dictaduras—, le basta que éste se ponga la etiqueta de socialista o anuncie su enemistad con el imperialismo yanqui.

            El senador Manuel Bartlett, del grupo parlamentario PT-Morena —¡al que la misma izquierda señaló como perpetrador de fraude electoral en 1988!—, se opone a la condena diplomática al gobierno venezolano invocando la barrera mítica de la soberanía nacional, que es en realidad la soberanía del tirano.

            El PRD guarda cobarde silencio, no obstante que en Venezuela el porcentaje de pobres se ha duplicado durante el chavismo, escasean alimentos y medicinas, hay decenas de presos de conciencia, se ha asesinado impunemente a más de 80 manifestantes en las semanas recientes, la fiscal general está sometida a procedimiento de destitución por no haber sido lo suficientemente incondicional y Maduro amenaza que si no es con votos, se sostendrá en el poder con las armas.

            Esa izquierda da pena y náusea.

Demanda ombudsman nacional
protección real, eficaz y digna
para periodistas y comunicadores

Ciudad de México, a 2 de junio de 2017
Comunicado DGC/178/17

  • Luis Raúl González Pérez participó en la Reunión de la Comisión Ejecutiva de Seguridad y Justicia de la CONAGO, en la que propuso revisar la actual política pública de protección a periodistas, en la que un tema prioritario es erradicar la impunidad
  • Las autoridades, demandó González Pérez, deben presentar a la sociedad un informe pormenorizado y periódico del avance de las investigaciones
  • En el encuentro el Ombudsman nacional hizo entrega de los 11 temas convergentes propuestos por el Consejo Consultivo del Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas

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Recomendación a la PGR
por haber obligado a una empleada
con embarazo de alto riesgo
a realizar actividades peligrosas,
que contribuyeron a la pérdida del bebé

Ciudad de México, a 13 de junio de 2017
Comunicado DGC/193/17

Aunque conocían su estado de salud por embarazo de alto riesgo, autoridades de la Coordinación General de Servicios Periciales de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR) obligaron a una perita en antropología forense a realizar esfuerzos y actividades peligrosas que contribuyeron a la pérdida del producto de la gestación. Los servidores públicos restaron la importancia que el caso ameritaba, minimizaron los riesgos, violentaron sus derechos humanos y se enfocaron únicamente a que se cumplieran las expectativas laborales, aun cuando existió disponibilidad para que otros funcionarios atendieran las peticiones del Ministerio Público de la Federación. Sigue leyendo

A un año de la tragedia en Nochixtlán,
se hace un llamado al diálogo,
a una investigación exhaustiva
y a proveer garantías de no repetición

Ciudad de México a 17 de junio de 2017
Comunicado DGC/199/17

Oaxaca de Juárez, 17 de junio de 2017.- La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) realizaron un recorrido conjunto por Hacienda Blanca, Huitzo y Nochixtlán, en el estado de Oaxaca. En estos lugares, el 19 de junio del año pasado, se desarrollaron una serie de hechos violentos que ocasionaron personas muertas y heridas, así como daño psicológico a docenas de niños y niñas. Las instituciones de derechos humanos firmantes reiteran su condena de estos hechos. Sigue leyendo

Israel: 50 años de abusos
asociados a la ocupación

 (Jerusalén) – A 50 años de haber ocupado Cisjordania y la Franja de Gaza, Israel controla estas áreas a través de represión, discriminación institucionalizada y violaciones sistemáticas de los derechos de la población palestina, señaló hoy Human Rights Watch. Sigue leyendo

México debe investigar ataque
con programas informáticos
de espionaje

(Cancún, México) – Las autoridades mexicanas deberían asegurar que se lleve a cabo una investigación oportuna, exhaustiva y confiable de las evidencias que indican que un complejo programa informático de espionaje (spyware) vendido al gobierno fue usado para espiar a defensores de derechos humanos, periodistas y activistas anticorrupción, señaló hoy Human Rigths Watch. El gobierno debería asegurar que rindan cuentas todos aquellos que se determine que son responsables del uso del programa contra activistas y periodistas. Sigue leyendo

EUA/México: La represión fronteriza
de Trump empuja a personas refugiadas
a un peligroso limbo

15 junio, 2017

 El viaje, ya de por sí peligroso, de decenas de miles de personas refugiadas se ha vuelto aún más mortal gracias a la orden ejecutiva sobre control fronterizo e inmigración dictada por el presidente Trump, así como por las arraigadas e imprudentes prácticas de México. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional en un nuevo informe basado en investigaciones intensivas llevadas a cabo a ambos lados de la frontera. Sigue leyendo