El Gobierno debe dictar las medidas
necesarias para proteger la salud
de un menor, aun cuando sus padres
rechacen el tratamiento

Comunicado 097/2018
Ciudad de México, a 15 de agosto de 2018

A propuesta del Ministro Arturo Zaldívar, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió, el 15 de agosto de 2018 , que el Estado debe ordenar que se le realicen transfusiones sanguíneas a una niña de 6 años que sufre de leucemia con el fin de salvar su vida, aun cuando sus padres rechacen dicho tratamiento debido a sus creencias religiosas.

            En el caso, una niña de seis años con leucemia linfoblástica aguda ingresó a un hospital en estado de urgencia. Los médicos indicaron que la menor requería transfusiones sanguíneas; no obstante, sus padres se opusieron en ejercicio de su libertad religiosa. Avisada de esta delicada situación, y después de escuchar a los padres y médicos, la Subprocuraduría de menores asumió la tutela de la niña para autorizar el tratamiento indicado. Ante tal escenario, la madre de la menor reclamó que la Subprocuraduría desplazó de forma injustificada su derecho a decidir libremente sobre la salud de su hija. Sigue leyendo

Borges y Rulfo1

La inmortalidad y otras fatigas

(Jorge Luis Borges visitó la Ciudad de México en 1973. Amable, accedió a todos los «impiadosos compromisos» que, según sus palabras, «confundían a un modesto autor con un pésimo actor». De la breve entrevista que sostuvo con el Licenciado Luis Echeverría [entonces presidente de México] se sabe poco. El extinto periodista colombiano Miguel Cantero le preguntó meses después por la impresión que le causó el mandatario. A lo cual Borges respondió: «Nunca me tome en serio. Pero si ése es el presidente, prefiero no imaginar al gobierno». A su llegada al país, el escritor argentino «pidió un favor» a sus anfitriones. Quería hablar con Juan Rulfo. Le sugirieron entonces un desayuno. «Pido clemencia —respondió—. Prefiero los atardeceres. Las mañanas me derrotan. Ya no tengo el brío ni las fuerzas para entregar al día lo que se merece. Hoy el crepúsculo me sienta mejor. Sólo quiero conversar con mi amigo Rulfo». Reproducimos la conversación sin reclamo alguno de precisión. Las fuentes son demasiado vagas para permitirlo:) Sigue leyendo

Se desecha el proyecto de sentencia
que declaraba inconstitucional
la disposición de la Ley General de Salud
que penaliza la posesión simple
de cannabis

Comunicado 099/2018
Ciudad de México, a 22 de agosto de 2018

En sesión de 22 de agosto de 2018, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se pronunció sobre la propuesta de resolución del amparo directo en revisión 5809/2016, formulada por la Ministra Norma Lucía Piña Hernández.

            En el proyecto se proponía amparar al quejoso, porque el delito de posesión simple de narcóticos previsto en el primer párrafo del artículo 477 de la Ley General de Salud, en relación con la tabla de narcóticos prevista en el artículo 479, única y exclusivamente en la porción relativa a la cannabis sativa, es inconstitucional, ya que transgrede el derecho al libre desarrollo de la personalidad y los principios de lesividad, subsidiariedad y fragmentariedad. Sigue leyendo

Ingenuo

Creí que, como el mar

una noche de verano, tu sonrisa me invitaba a sumergirme

(únicamente

a mí) Sigue leyendo

La bendición de la bomba atómica1

El sacerdote de EE UU que santificó los proyectiles
nucleares lanzados sobre Japón acabó carcomido por la culpa
y convertido en un activo pacifista

Jon Garay

El 6 de agosto de 1945, el superbombardero estadounidense ‘Enola Gay’ dejó caer sobre Hiroshima la bomba atómica. ‘Little Boy’ (Muchachito) acabó en un instante con la vida de 140.000 personas. Tres días después, ‘Fat Man’ (El Gordo), un artefacto todavía más potente, cayó sobre Nagasaki matando a otros 70.000 civiles. El ser humano había dado con el arma que ponía en peligro a la civilización. Asumiendo la evidencia, el 15 de agosto el emperador Hiroito anunció a su pueblo la rendición incondicional de Japón. La Segunda Guerra Mundial había terminado.

            George Zabelka tenía por entonces treinta años. Al igual que tantos otros, este joven idealista de origen austriaco se había alistado dos años antes ansioso por demostrar que podía contribuir a la defensa de Estados Unidos. Su misión no era combatir, sino cubrir las necesidades espirituales del Grupo 509, la unidad de las Fuerzas Armadas creada en 1944 con la única misión de arrojar los artilugios atómicos sobre Japón. Era el capellán de las bombas y de los casi dos mil hombres que formaban aquel equipo. Los consideraba sus «hijos», sus «muchachos». Sigue leyendo

En nombre de Dios

Es la primera vez que a un cardenal se le retira su título por acusaciones de abuso sexual. Hace casi un siglo, en 1927, el papa Pío XI aceptó la renuncia del purpurado francés Louis Billot, quien dimitió después de un conflicto de trasfondo ideológico con el Pontífice. Ahora, también un cardenal ha dejado de serlo, aunque por razones radicalmente diversas.

            El cardenal y arzobispo emérito de Washington, Theodore McCarrick, octogenario, presentó su renuncia como miembro del colegio cardenalicio. El papa Francisco la aceptó en menos de 24 horas y ordenó que McCarrick permanezca recluido “en una casa que le será indicada para penitencia y oración hasta que las acusaciones se aclaren a través de un regular proceso canónico”. Una medida equivalente a la prisión preventiva.

            El mes pasado, un hombre rompió su silencio después de 40 años y contó a The New York Times que McCarrick abusó de él cuando tenía 11 años y había continuado haciéndolo durante dos décadas. Se rumora que McCarrick ha mantenido relaciones con adultos y comportamientos inapropiados con seminaristas jóvenes. El cardenal Joseph Tobin, arzobispo de Newark, confirmó que se habían recibido al menos tres acusaciones en ese sentido.

            Durante mi infancia, mi adolescencia y mi juventud no se sospechaba siquiera que algunos sacerdotes, aprovechando el aprecio y la confianza que los padres de familia les dispensaban por su investidura, abusaran sexualmente de niñas y niños. El impacto sicológico del descubrimiento fue tremendo. Si había seres humanos en quienes los creyentes pudieran confiar absolutamente, esos eran los curas, que son —es decir, ellos dicen que son y así lo consideran los feligreses— representantes de Dios en la tierra.

            Y de pronto se desvela una verdad terrible como un tsunami: entre esos seres que transmiten la palabra y descifran los designios de Dios, y proclaman el valor indudable de la castidad, hay, bajo la piel de cordero, lobos sedientos no de la gloria del Señor, sino de los cuerpos de sus criaturas más tiernas. Es decir, poner en sus manos a niñas y niños fue, en muchos casos, ponerlos en sus manos… materialmente. Miles de casos se han conocido en Estados Unidos —a partir de los reportajes de The Boston Globe—, Europa y América Latina. La mayor cantidad de juicios y condenas ha tenido lugar en el país norteamericano.

            Una precisión necesaria. Los casos de abusos sexuales y violaciones contra menores cometidos por sacerdotes son múltiples e inocultables. Los culpables merecerían que el vengativo Yahvé del Antiguo Testamento hiciera llover fuego sobre sus cabezas. Pero ha sido frecuente que en la prensa y en los libros sobre el tema se mezcle y se dé el mismo tratamiento reprobatorio a la actividad sexual no abusiva de los curas y a los verdaderos crímenes sexuales.

            Los sacerdotes que han tenido relaciones sexuales libremente consentidas con personas que ya no son infantes y tienen capacidad de otorgar su anuencia válidamente no son violadores ni autores de abuso sexual. Han infringido el voto de castidad al que se comprometieron al ser consagrados, pero eso no constituye abuso contra persona alguna, sino tan sólo la inobservancia de un deber religioso sumamente cuestionable y cada vez más cuestionado, aun dentro de la propia Iglesia católica.

            Esos sacerdotes que fornican son hombres más débiles que aquellos curas que, Ulises espirituales amarrados al mástil de su fuerza de voluntad indómita, permanecen admirablemente vírgenes, sin sucumbir al canto de las sirenas, ese fiero y dulce llamado de la naturaleza, de la sangre, del corazón, que sólo los asexuados —los que no sienten deseos, los que no se conmueven ante el pansexualismo del mundo— no perciben. Se les podrá reprochar en su Iglesia no haber cumplido con la abstinencia que prometieron. Nada más.

            Pero la moral laica no tiene nada que reprocharles. ¿Hipocresía por no acatar el voto de castidad? Quizá. Pero tal vez muchos hicieron ese voto sinceramente y después fueron vencidos por la tentación que dispara Eros, ese diosecillo que provocó la guerra de Troya y cuyas flechas perturbadoras se dirigen indistintamente, sin discriminación, a religiosos y no religiosos.

El legado irresponsable de Kofi Annan1, 2

Philip Gourevitch[3]
The New Yorker, 18 de agosto de 2018

Durante los diez años en que fue Secretario General de la ONU, se dijo con frecuencia de Kofi Annan poseía una calma sobrenatural. Incluso para aquellos que trabajaban más estrechamente con él, parecía ser un hombre ajeno a la ira, que nunca tomaba las cosas personalmente, una cualidad que se reflejaba en su hábito de decir “nosotros”, como lo hace un rey, cuando asuntos de importancia estaban en juego. La capacidad de Annan para proyectar esta personalidad imperturbable —la del intermediario honesto entre intereses en conflicto— se citaba generalmente como su gran fortaleza. Sin embargo, este distanciamiento emocional, de otras maneras mucho más profundas, fue también su debilidad característica. Antes de convertirse en Secretario General, en 1997 se desempeñó como Jefe del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, y en ese cargo presidió los ignominiosos fracasos de las misiones de paz de Naciones Unidas en Somalia, Ruanda y Bosnia. No obstante, hasta su muerte, el sábado último, en Suiza, se negó rotundamente a reconocer cualquier responsabilidad significativa personal o institucional por esas debacles, incluso mientras hablaba incansablemente de la necesidad desesperada en el mundo de un liderazgo más responsable: “cabezas frías y juicio sobrio”, como lo expresó en una entrevista con la BBC, en abril, en una de sus últimas apariciones públicas con motivo de su octogésimo cumpleaños. Sigue leyendo

Lo que no se perdona

En los debates entre representantes de los candidatos a la Presidencia de la República, Tatiana Clouthier, abanderada de Andrés Manuel López Obrador, aseguraba que amnistía no es impunidad, sin que nadie la desmintiera de manera contundente.

            Digámoslo con toda claridad: amnistía es impunidad absoluta para los beneficiarios. El vocablo proviene del griego amnestia, olvido. La amnistía es una ley que ordena el olvido oficial de una o varias categorías de delitos, extinguiendo la acción penal y aboliendo las indagatorias iniciadas, las órdenes de aprehensión, los procesos en curso y las condenas pronunciadas. Los presuntos responsables y los culpables así declarados por una sentencia quedan en absoluta libertad.

            El gobierno colombiano firmó un acuerdo con las FARC —grupo guerrillero que perpetró numerosos homicidios y secuestros y que tenía nexos con el narcotráfico— para pacificar el país, acuerdo que incluye la llamada justicia transicional que supone penas muy reducidas a los culpables de esos delitos y de otros cometidos por agentes estatales y miembros de grupos paramilitares. A pesar de que el objetivo era de la mayor importancia —poner fin a una guerra de varias décadas— y no implicaba perdón a los delincuentes, sino penalidades disminuidas, la mayoría de los colombianos se manifestó contra tal acuerdo.

            Si no me equivoco, Andrés Manuel López Obrador propugna, supuestamente, para pacificar al país abrumado por una criminalidad desbordada, no el olvido, pero sí el perdón para quienes han secuestrado, degollado, despellejado o quemado vivas a sus víctimas. ¿Habrá una sola madre o un solo padre que pueda perdonar a los asesinos de su hija o su hijo? ¿Habrá una sola hija o un solo hijo que pueda perdonar a los asesinos de su madre o su padre? ¿Habrá una sola mujer o un solo hombre que pueda perdonar a los asesinos de su pareja?

            En Colombia fue posible el acuerdo de paz porque la negociación del gobierno fue con los dirigentes de un solo grupo, las FARC. En México, los grupos criminales que han ensangrentado al país son varias decenas. ¿Cómo negociar con todos ellos? Quienes han hecho de delitos gravísimos su modus vivendi ¿se retirarán del negocio delictivo y se convertirán en buenos ciudadanos? A los líderes de las FARC se les ofrecieron escaños en el Congreso. ¿Qué se les ofrecería a los grandes criminales mexicanos? ¿Quedarían satisfechos sólo con la impunidad? ¿Aceptarían vivir de un trabajo honesto con un salario moderado?

            Olga Sánchez Cordero había dicho que la amnistía no sería para quienes hubieran cometido los delitos más graves. No es lo que dijo López Obrador el pasado martes en Ciudad Juárez. Pero si lo que se busca es simplemente sacar de prisión sólo a quienes han delinquido con drogas sin incurrir en otros delitos de crueldad extrema, el camino no es la amnistía, sino la despenalización. Entre una y otra hay una diferencia abismal.

            Con la despenalización de las drogas quedarían en libertad únicamente quienes han sembrado, cosechado, elaborado, transportado o vendido sustancias prohibidas, pero no quienes han cometido otras conductas delictivas. Esa medida no ofendería a nadie porque los delitos relacionados con tráfico de drogas en realidad no tienen víctima desde el punto de vista criminológico: los consumidores adquieren la droga voluntariamente, sin que nadie los coaccione para que lo hagan.

            “La amnistía aparece como una medida de carácter político, tendente a apaciguar los rencores y resentimientos inseparables de luchas sociales y políticas”, puntualiza Monique Lions en la Enciclopedia Jurídica Mexicana (UNAM y Porrúa). La amnistía que propugna López Obrador no está planteada para uno o varios grupos que hubiesen tomado las armas por motivos sociales o políticos.

            Mientras López Obrador pronunciaba su discurso en Ciudad Juárez, se escuchó varias veces el grito: “¡Castigo a los culpables!”. El hoy presidente electo prometió durante la campaña electoral que la amnistía estaría condicionada al resultado de la consulta que se haría a los deudos de las víctimas. ¿De verdad cree —de verdad alguien puede creer— que los allegados de los muertos pueden aceptar que se perdone a los victimarios?

Inadmisible

Tardó una eternidad, pero al fin El Vaticano, a iniciativa del papa Francisco, tomó la decisión de reformar el Catecismo para declarar que la pena de muerte es inadmisible pues atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona.

            La pena capital estuvo vigente en El Vaticano entre 1929 y 1969. El Catecismo la admitía “cuando fuera el único camino” aceptable para la protección del bien común. Siglos atrás, durante el Medioevo, la Santa Inquisición condenó a la hoguera a decenas de miles de herejes y brujas, aunque siempre se utilizó el eufemismo de que el Santo Tribunal no condenaba a muerte sino que entregaba al acusado al brazo secular. Así, la ejecución era llevada a cabo por la autoridad y conforme a las leyes del Estado.

            En realidad, la pena capital nunca ha sido el único camino aceptable para la protección del bien común. Está ampliamente demostrado que en muchos de los países donde no existe —los de la Unión Europea y Canadá, por ejemplo— la incidencia delictiva, incluyendo los delitos más graves, es muy baja.

            Para que la pena de muerte fuera disuasiva se requeriría que un individuo tentado a cometer uno de los delitos que se sancionan con esa pena, esto es, un delito terrible, desistiera de su propósito al pensar en ese castigo. En muchos casos eso no ocurre. Como advirtió Albert Camus: “Si el miedo a la muerte es, en efecto, una evidencia, también es evidente que ese miedo, por grande que sea, jamás ha podido abatir las pasiones humanas… La venganza, el amor, el honor, el dolor, otro miedo, terminan por dominarlo”.

            Desde luego que la pena de muerte, al suprimir físicamente a los delincuentes, los inhabilita para seguir delinquiendo ya que los muertos no suelen resucitar. Pero lo mismo logra la pena de prisión al segregar del resto de la sociedad a quienes han delinquido. A lo que debemos aspirar es a que los delincuentes, por lo menos los culpables de los delitos más crueles o perniciosos, sean castigados en un porcentaje aceptable. Si la pena que sufren es suficientemente larga, proporcional en su severidad al delito por el que se les condena, difícilmente volverán a delinquir.

            Un señalamiento más contra la pena capital debe producir escalofrío aun entre sus más fervientes partidarios: siempre es posible que se condene a un inocente. La condena a un inocente puede deberse a mala fe, por ejemplo tergiversación o fabricación fraudulenta de pruebas —lo que sería en todos los casos un abuso de poder imperdonable—, pero también a un error en la apreciación de los elementos probatorios. Esto último es lo que constituye estrictamente el error judicial. La posibilidad de equivocación siempre existirá por la sencilla razón de que los seres humanos, ¡ay!, somos falibles. Bastaría con que se acreditara un error judicial en una sola condena a muerte para que, ante la mera posibilidad de repetición, se aboliera la pena capital.

            Pero la razón más fuerte contra la pena de muerte es que contraría los valores más altos del proceso civilizatorio. No podemos comportarnos con el delincuente como él se comportó con las víctimas. Se trata de hacer justicia, no de emular la crueldad de los criminales. Fernando Savater sostiene que ninguna muerte es necesaria ni justificable, y que “quien legitima una muerte, legitima la muerte”.

            La vida, como la dignidad, es de respetarse siempre, aun tratándose del peor de los criminales. La pena de muerte quiebra la única solidaridad humana indiscutible, la solidaridad contra la muerte.

            Solidaridad contra la muerte desde la fragilidad y la brevedad de la vida; solidaridad contra la muerte porque nunca ha habido bandera o causa, por estúpida que sea, que no encuentre entusiastas que estén dispuestos a asesinar y a morir por ella; solidaridad contra la muerte porque ésta es para siempre, eterna e irrevocable; solidaridad contra la muerte porque la gran batalla de la especie humana ha sido a favor de la vida, de la prolongación de la vida; solidaridad contra la muerte porque su aplicación oficial no es sino una venganza inútil; solidaridad contra la muerte porque como castigo es absolutamente estéril; solidaridad ante la muerte porque la vida humana es sagrada.

¿La “verdad” o la verdad?

Será la Suprema Corte de Justicia la que determine si es aceptable que se forme una comisión de la verdad para reponer íntegramente las investigaciones de los hechos de la noche triste de Iguala, tal como lo dispuso el Primer Tribunal Colegiado del XIX Circuito radicado en Reynosa, Tamaulipas. La comisión estaría integrada por representantes de las víctimas y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), y le daría instrucciones al Ministerio Público.

            Si el Ministerio Público quedara constreñido a acatar tales instrucciones, tendría que ejercitar acción penal contra cualesquiera que le señalase esa comisión aun sin que se contase con pruebas que hicieran probable la responsabilidad de los señalados. Ante la ausencia de pruebas, el juez ante el que se consignara tendría que negar la orden de aprehensión, pues el artículo 16 de la Constitución exige que sólo se dicte tal orden si, además de los datos que establezcan que se ha cometido delito, “exista la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su comisión”. Pero si el juzgador, por sentirse presionado, ordenara la captura e iniciara el proceso, se estarían violando gravemente los derechos humanos de los consignados.

            Los afectados por tamaña arbitrariedad, por supuesto, tendrían recursos para combatirla, pero seguramente no considerarían la opción de presentar la queja correspondiente ante la CNDH, pues ésta, conforme al fallo de marras, formaría parte de la comisión de la verdad, la misma que habría mandado al Ministerio Público el ejercicio de la acción penal.

            El artículo 21 constitucional establece claramente que “la investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público”. Pero, de acuerdo con la mencionada sentencia, en este caso el órgano encargado constitucionalmente de investigar los delitos quedaría relevado de esa función porque, dice el veredicto, “lamentablemente no contamos con una fiscalía independiente”.

            Con la misma lógica tendría que decirse que ciertos jueces y magistrados debieran abstenerse de dictar sentencias porque lamentablemente no proceden con independencia de criterio sino movidos por ciertas posturas políticas, además de que no están debidamente capacitados para administrar justicia y actúan con una ligereza sorprendente. ¿Deberían quedar sin efecto los fallos de tales juzgadores?

            Dado que la resolución comentada ordena que se reponga íntegramente la investigación, de donde se desprende que nada de lo actuado hasta ahora sería válido, ¿tendrían que quedar en libertad los más de 120 procesados a pesar de las evidencias sólidas que hay en el expediente?

            En todas las materias, pero sobre todo en materia penal, por lo que está en juego en cada asunto, los jueces y magistrados tienen una responsabilidad delicadísima. Jamás debieran proceder por frivolidad, servidumbre ideológica o afán de conquistar el aplauso de determinado sector de la opinión pública. Su deber es resolver invariablemente con sustento en las pruebas y conforme a derecho. De ellos no debemos esperar espectacularidad ni cálculo político sino sobriedad honesta para cumplir su importantísima función.

            ¿Es deficiente la indagatoria de la Procuraduría General de la República (PGR)? El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) objetó, contra la opinión de prestigiados expertos, que se hubiese producido un incendio en el que se calcinaron los cuerpos de las víctimas, pero no ofreció una hipótesis alternativa a la versión oficial, que en lo sustancial sostuvo que los estudiantes fueron entregados por policías municipales al grupo Guerreros Unidos, quienes los habrían asesinado.

            En todo caso, el nuevo fiscal, próximo a ser designado, podría enmendar las fallas e insuficiencias de la investigación realizada. Lo que resultaría absurdo es: a) que el asunto se dejara en manos no de expertos investigadores, sino de unos representantes de las víctimas que de lo que menos han dado muestra es de objetividad, los cuales, realizaran como realizaran su tarea, ostentarían el título de “comisión de la verdad”, aunque “la verdad” la acomodaran a sus intereses estratégicos, y b) que el ombudsman, desnaturalizándose su esencia, formara parte de esa comisión.

¿Sin el uso de la fuerza?

No es lo mismo ser candidato que ser presidente. George Orwell advirtió: “El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen verdaderas… para dar apariencia de solidez a lo que es puro viento”.

            Numerosas ong’s y el propio Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU han censurado acremente que el gobierno de la República haya echado mano de las Fuerzas Armadas para tareas de seguridad pública que no son de su competencia, y no han sido infrecuentes las quejas por abusos perpetrados por militares al desempeñarlas. Sumarse a esas descalificaciones redituaba políticamente.

            Así que el candidato Andrés Manuel López Obrador fustigó en varias ocasiones la estrategia seguida por los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto en el combate al crimen organizado: no se resuelve nada, sentenció, con la intervención del Ejército y la Marina. El problema de la violencia y la criminalidad se resolvería “sin el uso de la fuerza” (sic), exclusivamente con medidas de justicia social. Aplausos del respetable.

            En cambio —segundo acto—, el presidente electo, el mismísimo Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado que es necesario utilizar a las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad de los mexicanos, y que él, al asumir la Presidencia, lo seguirá haciendo no sólo en el corto sino también en el mediano plazo, cuya duración —añado yo— es incierta.

            No se puede hacer a un lado al Ejército y la Marina —aseveró— sencillamente porque no hay más opciones para lograr la paz y la tranquilidad en el país. “Sería irresponsable de mi parte decir que regresen los soldados y los marinos a sus cuarteles y dejar a la gente en estado de indefensión, sin alternativas”.

            ¡Claro que hay que tomar medidas de justicia social! Y no sólo para prevenir la delincuencia, sino porque ésa es una obligación de los gobiernos federal y de las entidades federativas y de todo gobierno en cualquier parte del mundo. Urge terminar ya con la pobreza extrema y ofrecer horizontes promisorios a los jóvenes que llegan a la edad de trabajar. Ésa es una asignatura pendiente en el país desde hace más de 200 años.

            Eso no se consigue creando 100 universidades de calidad dudosa a las que se accedería sin examen de admisión. No se trata de que cada mexicano tenga un título profesional aunque carezca de empleo. Lo que hay que hacer es, entre otras cosas, mejorar sustancialmente nuestra hoy deplorable calidad de educación básica —lo que por supuesto no se logrará cancelando la Reforma Educativa, sino profundizándola—, capacitar a los jóvenes para ingresar al mercado laboral, generar empleos suficientes y cerrar las abismales brechas entre el sur y el resto del territorio nacional.

            Pero ahora mismo lo que es urgentísimo es recuperar la seguridad perdida. La amnistía propuesta sería una vergonzosa claudicación del Estado que agudizaría el ya espeluznante problema de la criminalidad desbordada e impune que hoy azota a varias regiones del país. Un día López Obrador amaneció con esa ocurrencia y la hizo parte de su programa de gobierno. También en este punto, como en tantos otros, debe rectificar.

            La seguridad que requerimos exige a la brevedad posible policías y ministerios públicos altamente profesionales. Esa meta, tan apremiante, no figura entre las numerosas promesas del presidente electo, ni ha sido un objetivo para cuya consecución hayan trabajado seriamente los gobiernos federal y locales.

            Nuestras instituciones de seguridad pública y de procuración de justicia no tienen la capacidad para enfrentar con éxito ya no digamos a la delincuencia organizada, sino ni siquiera a la criminalidad más desorganizada. Es inaplazable capacitar en serio a sus integrantes, dotarlos de los recursos óptimos y otorgarles salarios y prestaciones laborales adecuados a la importantísima tarea que desempeñan. Un Estado incapaz de ejercer el monopolio de la violencia, de recuperar los territorios bajo control de los criminales, de castigar un porcentaje aceptable de los delitos más dañinos, es un Estado erosionado.

            No podemos resignarnos. “Lo que se llama resignación —dictaminó el poeta y filósofo estadunidense Henry David Thoreau— es la desesperación confirmada”.

No habrá pacificación sin antes
consolidar la operación
de la justicia penal

  • México Evalúa presentó la quinta edición del seguimiento y evaluación del sistema de justicia penal en México.
  • Querétaro y Guanajuato fueron los estados mejor evaluados en el ranking nacional; ningún estado alcanza aún el ideal para una operación adecuada.
  • El promedio nacional de impunidad directa del sistema acusatorio para 2016 fue de 87.3%; 17 entidades presentaron niveles de impunidad superiores a la media nacional.

La ausencia de una estrategia y planeación integral a nivel nacional que se traduzca en una política pública efectiva ha derivado en el estancamiento del sistema de justicia penal (SJP), concluye México Evalúa en su reporte Hallazgos 2017.

            Edna Jaime, directora general del centro de análisis, consideró que la consolidación del SJP no será posible en tanto no se fortalezcan sus instituciones de manera integral. Por tanto, llamó a contar con evidencia que justifique posibles modificaciones normativas y establezca objetivos claros y alcanzables para ellas. “Sin diagnósticos claros, el SJP repetirá una constante del sistema legal mexicano: la permanente modificación de leyes sin impacto en la realidad o, en el peor de los casos, con una incidencia negativa en la operación de las instituciones.” Sigue leyendo

Heroísmos

Madre muere pero salva a su hijo

Una madre de 35 años, salvó a su hijo de morir atropellado también, luego de que un microbús del transporte público concesionado que se encontraba estacionado en la Colonia Lomas de Sotelo, Municipio de Naucalpan Estado de México, se echara en reversa y embistiera a ambos. Gracias a que la madre aventó a su hijo de 2 años a la acera, el niño salvó la vida, no así la madre, quien, a pesar de los esfuerzos de los paramédicos por auxiliarla, falleció en el lugar minutos más tarde.

Fuente:
https://www.pressreader.com/mexico/reforma/20180823/281513637008499
(28/08/2018)

 

Padre salva a su hija de violento intento de asalto (o secuestro)

Un video en redes sociales muestra cuando dos sujetos intentan asaltar a la conductora de una camioneta en la colonia Anzures, delegación Miguel Hidalgo, y es rescatada por el conductor de una camioneta quien resultó ser su padre.

            Los hechos ocurrieron a las 5 de la tarde con 40 minutos del domingo 22 de julio cuando la mujer sacó de la cochera de su casa su camioneta y fue abordada de manera agresiva por dos sujetos.

            Mientras los dos sujetos se acercan caminando a la puerta del copiloto de la camioneta color gris, un auto color negro sirve como “muro” para ocultar a los dos sujetos.

            Uno de los sujetos frente a la puerta de la conducta acosa a ésta, mientras el otro logra abrir la puerta del copiloto. Cuando esto sucede, detrás de la camioneta de la víctima aparece otra camioneta de color negro que avanza y prensa al sujeto que abrió la puerta del copiloto.

            El otro atacante dispara contra el conductor de la camioneta negra, que aparentemente no sufre daño. El sujeto prensado huye cojeando, mientras el de la pistola sube al auto negro que servía de “muro” para huir del lugar. Finalmente arribaron al lugar las autoridades, trascendiendo entonces que el salvador de la víctima era su padre.

Fuente:
https://www.excelsior.com.mx/comunidad/papa-heroe-salva-a-su-hija-de-violento-intento-de-asalto/1257828
(21/08/2018)

Septiembre de 1968
El ambiente y los hechos

[• La ocupación militar de Ciudad Universitaria
• La renuncia del Rector]

Septiembre 1: En su Informe de Gobierno, el presidente concede gran importancia al Movimiento Estudiantil. Denuncia un intento de boicotear los Juegos Olímpicos, afirma que no ha habido “violación a la autonomía universitaria” y advierte que puede disponer “de la totalidad de la fuerza armada”: “hasta donde estemos obligados a llegar llegaremos”.

Septiembre 2: El Consejo Nacional de Huelga (CNH) indica que no dialogará “con la presión de los tanques y bayonetas” y pide que se retiren de las calles las fuerzas armadas.

Septiembre 3: El CNH afirma, en un manifiesto público que responde al Informe: “No estudiamos con el propósito de acumular conocimientos estáticos. Nuestra causa como estudiantes es la del conocimiento militante, el conocimiento crítico, que impugna, refuta y transforma, revoluciona la realidad”. Niegan el amparo solicitado por Heberto Castillo y 89 estudiantes perseguidos.

Septiembre 6: Continúa la represión y los secuestros a estudiantes. Son vigilados estrictamente los centros de trabajo y concentración popular. Sigue leyendo

Insólito

En algún sitio,
algo increíble
espera ser descubierto.
Carl Sagan

11 clichés históricos

Cliché 1

Hecho

Los vikingos se ponían cascos con cuernos. Los cuernos en el casco son una creación de los escritores escandinavos.

Cliché 2

Hecho

Una bandera pirata tenía huesos dibujados La bandera de guerra de los piratas era de un solo color.

Cliché 3

Hecho

Los caballeros vivían en castillos enormes Por lo general, vivían en haciendas humildes y no tenían dinero.

Cliché 4

Hecho

Los mosqueteros peleaban con espadas. El arma principal de los mosqueteros era el mosquete.

Cliché 5

Hecho

Los gladiadores eran hombres. En las arenas de gladiadores también participaban mujeres.

Cliché 6

Hecho

Magallanes realizó un viaje alrededor del mundo. Sólo recorrió la mitad del viaje. El resto lo sustituyó Elcano.

Cliché 7

Hecho

El sombrero vaquero tenía alas anchas. Los vaqueros casi no usaban sombrero. Y si usaban, eran de alas angostas.

Cliché 8

Hecho

Los tiroteos eran la cosa de cada día para los vaqueros. Los vaqueros usaban sus armas para guiar los rebaños.

Cliché 9

Hecho

La pirámide más grande del mundo es la pirámide de Keops. La pirámide de Cholula en México es 1.7 veces más grande.

Cliché 10

Hecho

El arma principal de un samurái era una espada Eran pocos los duelos con espada. El arma principal era el arco.

Cliché 11

Hecho

Colón descubrió América 500 años antes de que Colón descubriera América, lo hizo el vikingo Leif Erikson

Fuente:
https://www.facebook.com/groups/179689722470838/permalink/546256882480785/
(20/08/2018)

 

Muñecas de compañía, un éxito en Asia

Lejos quedaron aquellas muñecas inflables que satisfacían los deseos sexuales de sus dueños. Hoy la moda en varios países asiáticos son las muñecas y muñecos de compañía. Hechos con la altura y características físicas que el comprador desee, estas novedades cuentan con inteligencia artificial, que les permiten responder a estímulos, excitarse y sentir orgasmos.

            Por si esto no fuera suficiente, muchos asiáticos han optado por abandonar a sus parejas humanas, al sentirse mejor acompañados y escuchados por el nuevo invento. Su precio comercial ronda desde los 1,000 hasta los 20,000 euros, por lo que una muñeca o muñeco de compañía puede alquilarse por horas a través de su demanda por catálogo.

Fuente:
https://elpais.com/elpais/2018/08/29/opinion/1535564045_946681.html
(30/08/2018)

Editorial

Siguiendo de nuevo la huella del Movimiento Estudiantil de 1968, Perseo ofrece la cronología de ese histórico suceso en el septiembre de hace medio siglo.

            Considerada por la historia oficial como uno de los principales actos heroicos del movimiento de independencia, la Toma de Granaditas fue un suceso trágico y espantoso.

            ‘México Evalúa’ nos explica por qué no se puede pacificar México si antes no se consolida la operación del sistema de justicia penal.

            El escritor y periodista Philip Gourevitch, especializado en temas del concierto internacional de naciones, nos da su punto de vista sobre el desempeño del recientemente fallecido Kofi Annan a su paso por las oficinas de la ONU.

            Cómo cambiaron las reflexiones y los sentimientos de un sacerdote que bendijo los lanzamientos de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, que determinaron la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, pero que acabaron con la vida de decenas de miles de japoneses civiles inocentes.

            En clásicos, Juan Rulfo y Jorge Luis Borges reviven el diálogo breve, bueno, amable, ingenioso y entrañable que alguna vez tuvieron en la Ciudad de México. El poeta español Karmelo C. Iribarren le canta de manera breve y agridulce a su propia ingenuidad.

            La ONU, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Suprema Corte de Justicia nos comunican sus resoluciones y noticias más importantes.

            Cosas veredes discurre ahora sobre los abominables curas pederastas y los que solamente son infractores de un absurdo y cada vez más cuestionado voto de castidad; el despropósito de la intención del presidente electo de consultar a las víctimas de delitos atroces sobre el otorgamiento del perdón a los victimarios; el acierto del papa de reformar el Catecismo para que declare que la pena de muerte es inadmisible, y la retractación de Andrés Manuel López Obrador de sacar al Ejército y la Marina de las labores de seguridad pública en todo el país.

            Perseo concluye con sus apartados más ligeros. Ω

Curiosidades asociadas al número 671, 2

67 Novelas de misterio escritas por Agatha Christie.
67 Barcos de la “Armada Invencible” que regresaron a España de 130 que salieron a invadir Inglaterra en 1588.
67 Número atómico del holmio (Ho), tierra rara que se utiliza como catalizador en reacciones químicas industriales y para la fabricación de algunos dispositivos electrónicos.
67 Óperas distintas cantadas por Enrico Caruso.
67 Edad a la que falleció Leonardo da Vinci.
67 Años que duró el noviazgo de los mexicanos Adriana Martínez y Octavio Guillén, quienes se comprometieron en 1902 y no se casaron sino en 1969 cuando ambos tenían 82 años.
67 Segundos que tardó Paul Lim, de Singapur, en realizar los 9 tiros que le permitieron hacer el puntaje perfecto (147) en el juego de dardos en Londres, en 1990.
67 Muertos causados por las lluvias torrenciales en India, en agosto último.
67 Mujeres asesinadas en Michoacán de enero a junio de 2018.

 

[1] A este ejemplar de “Perseo” le corresponde el número 67.
[2] Tomadas (con adaptaciones y adiciones) de El libro de los números. GÓMEZ Gallegos, Ignacio y TROYSE Miramontes, Benjamín. Otras Inquisiciones. México. 2010, p. 147.

Destellos

Sólo quien logre desarticular el discurso del vencedor será capaz de hacer justicia.

Walter Benjamin

 

La calidad de nuestra vida y de lo que producimos, hacemos o construimos depende de la calidad de nuestro pensamiento.

Richard Paul y Linda Elder

 

Todos los hijos son maravillosos, todos los nietos son maravillosos, pero el mundo sigue siendo una mierda.

Gerardo Piña

 

Primero perdí peso, luego perdí la voz… y ahora pierdo a Onassis.

María Callas

 

Soy totalmente escéptico, pero utópico.

Juan Carlos Onetti

 

A cualquier mujer le gustaría ser fiel. Lo difícil es hallar un hombre a quien serle fiel.

Marlene Dietrich

Humor

Un cazador apunta y le dispara a un pato que va volando, pero el ave cae dentro del corral de un granjero, quien la reclama como suya.

            —Es mi pato — insiste el cazador.

            Como ninguno de los dos cede, el granjero sugiere resolver las cosas a la antigua usanza:

            —Con una patada pueblerina.

            —¿Una qué?…

            —Yo lo pateo tan fuerte como pueda en los testículos, y luego usted hace lo mismo conmigo. El que grite menos tiene derecho a quedarse con el pato.

            El cazador acepta. El granjero toma vuelo y le da una gran patada en los testículos. El hombre aúlla de dolor y cae al suelo. Cuando logra levantarse, dice jadeando:

            —Bueno, ahora es mi turno

            —Olvídelo— dice el granjero—. Puede usted quedarse con el pato.

𝄇