La negación del ‘genocidio’ armenio
está amparada por
la libertad de expresión

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha fallado este jueves a favor de un controvertido político turco que negó el llamado ‘genocidio armenio’ durante una conferencia en Suiza, país que lo condenó en aplicación de su ley antirracismo. Según el Tribunal, el derecho a la libertad de Expresión, enunciado en el artículo 10 de la Convención Europea de los Derechos Humanos, ampara el afirmar que “el genocidio armenio es una gran mentira internacional”.

      El ganador de la sentencia es Dogu Perinçek, líder de la formación estalinista, antiimperialista y supremacista turca Partido Patriótico (Vatan Partisi). Durante unas conferencias en el país alpino en 2005, Perinçek culpó a “imperialistas de Occidente” y a la “Rusia zarista” de provocar tensiones entre musulmanes y armenios a fin de debilitar al Imperio Otomano, y aseguró que las masacres no fueron un intento premeditado de cometer una limpieza étnica.

      El grupo de cabildeo Suiza-Armenia lo demandó, y un tribunal suizo lo condenó y multó en 2007 porque “sus motivaciones fueron un acto de tendencia racista”, según consta en los documentos preliminares de la causa en Estrasburgo. Agotada la vía ordinaria, Perinçek apeló al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en junio de 2008 alegando que se había socavado su derecho a la libertad de expresión. El gobierno de Turquía se suscribió como tercera parte, cuestionando la veracidad del genocidio.

      En diciembre de 2013 el TEDH consideró “injustificada” la condena a Perinçek. Armenia apeló aquel fallo. Amal Clooney, su abogada, acusó a Turquía de doble rasero en libertad de expresión al defender a un ciudadano de izquierdas. “Esta sentencia genera dudas sobre la realidad del genocidio que el pueblo armenio sufrió hace un siglo”, añadió Clooney. Suiza alegó que negar el genocidio es “acusar a los armenios de falsificar la historia, una de las peores formas de discriminación racial”.

      El TEDH ha destacado, en la sentencia de la apelación, que no tiene autoridad para decidir si las matanzas de armenios fueron genocidio o no, sino que eso es tarea de las cortes criminales internacionales. “Los comentarios del Sr. Perinçek atendían a un asunto de interés público y no suponen una llamada al odio o a la intolerancia; el contexto en que se realizaron no estaba marcado por tensiones especiales o matices históricos especiales en Suiza”, se añade el fallo.

Diferencias con el Holocausto judío

La corte ha hecho, en su sentencia, una distinción clara entre la negación del Holocausto judío, ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial, porque por su historia específica “podría verse como una forma o incitación al odio racial” en algunos países. Sus jueces habían destacado anteriormente que hechos históricos relacionados con el Holocausto, “como la existencia de cámaras de gas” son claramente consideradas por una jurisdicción internacional”.

      El Tribunal de Estrasburgo concluye que “los comentarios no pueden ser vistos como un prejuicio a la dignidad de los miembros de la comunidad armenia hasta el punto de requerir una respuesta con una ley criminal en Suiza”, y que “la ley internacional no obliga a Suiza a criminalizar estos comentarios”. “Los tribunales suizos aparentemente han censurado al Sr. Perinçek simplemente por dar una opinión divergente con la establecida en Suiza”, remata.

      Además de Suiza, Chipre, Eslovaquia y Grecia prohíben negar el genocidio armenio. Los cuatro países se someten a la jurisdicción del TEDH, por lo que la sentencia anunciada este jueves es importante. El senado de Francia había aprobado una ley similar en 2012, lo cual provocó un pico de tensión diplomática con Turquía, pero posteriormente su Tribunal Constitucional la tumbó. El país galo sí condena la negación del Holocausto.

Guerra de cifras entre historiadores

Más de 20 países reconocen como ‘genocidio’ la matanza y deportación de ciudadanos armenios del Imperio Otomano a finales de la Primera Guerra Mundial. Según la mayoría de historiadores, 1,5 millones de armenios, de fe cristiana, fueron masacrados a partir de 1915 en un esfuerzo del tripartito regente otomano de homogeneizar la población y acabar con las presiones separatistas armenias, de quienes se sospechaba podían actuar de quintacolumnistas a favor del imperio ruso.

      Turquía y otros historiadores, por su parte, refutan tal versión. No niegan la matanza, pero rebajan las cifras a entre 300.000 y 500.000 y las enmarcan en un periodo traumático de violencia generalizada, repleta de crímenes intercomunitarios. Ankara dio sus condolencias a Armenia en 2014 y propuso crear una ‘comisión de la verdad’. A pesar de ello comentarios desdeñosos hacia la minoría armenia, incluso decir “armenio” como insulto, siguen hoy en la boca de algunos políticos y ciudadanos turcos.

      Esta inquina ha quedado reflejada en varias sentencias del TEDH contra Turquía. En 2010, la Corte falló a favor de la académica Norma Cox, por considerar que se había socavado su libertad de expresión tras prohibírsele entrar en Turquía tras varios comentarios sobre las cuestiones armenia y kurda. En 2011 el TEDH también consideró violación de la libertad de expresión una condena al historiador Taner Akçam, favorable a la versión del ‘genocidio’, por “insulto a la turquicidad”.

      El caso más representativo fue el Dink contra Turquía, relativo al periodista turco armenio Hrant Dink, enjuiciado por sus opiniones en 2004 y asesinado en 2007 a tiros frente al periódico Agos, que dirigía, en un caso recientemente reabierto. En septiembre de 2010 el TEDH concluyó que Turquía era culpable de dos violaciones del artículo 2 —derecho a la vida y falta de investigación efectiva—, violación del 10 —libertad de expresión— y del 13 —derecho a un remedio efectivo—.

Fuente:

http://www.elmundo.es/internacional/2015/10/15/561fdcb346163f74568b4612.html
(28/10/2015)